Querida Isabel,

El sistema todavía sigue vigente. Pero tranquila, que llevamos unos años de lucha y, aunque decidas o no unirte, luchamos por y para ti.
Es la ecografía de tu tercer trimestre en la barriga de tu madre y la médica le dice: ‘’es niña’’. Tu madre sonríe. Pateabas mucho desde siempre, tu padre pensaba que ibas a ser futbolista… claro, antes de saber que eras Isabel y no Antonio. El futbolista iba a ser Antonio.

A las personas que nacen como tu todavía le decoran el cuarto de rosa y les llaman princesas. Te van a poner vestidos y te van a pedir que cierres las piernas. Hay expectativas hacia ti que nacen antes que tu misma, pero hoy tu naces más libre de lo que yo lo hice. Hay personas que se parecen a ti en comerciales de televisión jugando con carros. Hay personas que se parecen a ti apagando incendios. Hay personas que se parecen a ti, con algo más de edad, en cargos importantes de trabajo que probablemente no entiendas. Las cifras bajaron, pero no se si estás preparada para que pueda decirte las cifras a las que me refiero. No se si estás preparada para que sepas porqué se dan esas cifras. No se si vivas lo suficiente hasta que no nos falte ninguna.

También te quiero hablar de las personas que no se parecen a ti. Las personas que no se parecen a ti están usando los mismos vestidos que usas tu. Hay personas que no se parecen a ti que ahora si piden ayuda, y que no se sienten menos por hacerlo. Cuando yo nací, las personas que no se parecían a nosotras solo podían mostrar ira. Si estaban tristes, ira. Si tenían miedo, ira. Si sentían sorpresa, ira. Tenemos seis emociones primarias y ellos solo podían mostrar una. Ahora muestran más. Hay personas que nacieron no pareciéndose a ti y hoy sí se parecen, y no pasa nada. Tu sabes que el amor no duele y que, aunque pueda muchas cosas, no lo puede todo. Nadie asume que tu media naranja, si o si, no se parece a ti. Tu sabes que la media naranja no existe. Tu sabes que los que se pelean no se desean, o que si te molesta no es porque gusta de ti.

Si bien es cierto, Isabel, que a partir de la ecografía de tu tercer trimestre en la barriga de tu madre, ya de repente no ibas a ser futbolista, hoy puedes serlo y es normal.

Hoy caminas algo más libre por la calle, hoy calladita no estás más bonita.

Con amor,

Sarah Belén