El elemento central que cambió entre 2020 y 2060 es que las personas se han dado cuenta de que hay ciertas verdades o valores que son centrales en la vida de cada uno como seres humanos, más importantes que en los que se centraban antes. Por ejemplo, conceptos como el respeto, la gratificación o el valor pesan más en el día a día que otros más superficiales.

Esto ha cambiado porque el concepto del tiempo es entendido de otra manera. Las personas en el 2060 ya son capaces de diferenciar que el tiempo es solo una medida creada para organizar ciertos momentos y no dependen de él, sino que saben utilizarlo cuando es necesario. Son más libres. Esta nueva perspectiva les permite centrarse solo de la propia existencia actual, presente, y descubrir que más allá de deseos o metas personales, el sentido de la vida es ser conscientes de los momentos que uno va viviendo, en especial sin adelantarse a ellos, disminuyendo distracciones, dependencias externas y preocupaciones.

Las situaciones históricas que fueron ocurriendo afectaron a todo el mundo como unidad, dejando de lado la idea de que únicamente somos seres individuales cada uno con su realidad personal, haciéndolos entrar en una especie de consciencia colectiva, y gracias a esto ha cambiado el accionar y la forma de pensar de la mayoría.

Creo que con la aparición de la pandemia, hoy en día, muchas personas que no le prestaban atención a conceptos y momentos relevantes como disfrutar la compañía de personas, lugares o solo disfrutar del presente se dan cuenta de que todo es temporal y nada es seguro. Eso no es algo necesariamente negativo. Si bien esto puede tener consecuencias como sentirse inseguros o creer que es el fin de todo por entender que “nada es duradero”, en muchos genera que aprecien más las cosas o simplemente estar más centrados en el presente. Ya que todo es temporal es bueno tomarlo con calma y apreciarlo lo más posible todo el tiempo que dure, incluso si es solo unos días, o minutos.