La crisis que dejó la pandemia

La crisis que dejó la pandemia hizo que, para poder reactivar la economía mundial y permitir la exportación e importación de cada país, se tuviera que trabajar en conjunto.

By Silvina P. from Uruguay 1 in Uruguay

La crisis que dejó la pandemia hizo que, para poder reactivar la economía mundial y permitir la exportación e importación de cada país, se tuviera que trabajar en conjunto. Se creó una Organización Mundial exclusiva para afrontar la crisis post-covid de la que cada uno de los países forma parte, nadie queda fuera, haciendo una mejor distribución de la riqueza y de los recursos. Todos se ayudan entre todos para eliminar la escasez. Porque, a pesar de estar delimitados por países, continentes, mares, todos formamos parte del mismo planeta y nos necesitamos los unos a los otros.

Con la pandemia, el mundo se puso en pausa, nos dimos cuenta de que muchas cosas que creíamos esenciales para nuestra vida no lo eran en realidad y aprendimos a valorar aquello que dejábamos en segundo plano. La humanidad aprovechó esta pausa para que, cuando todo se reanudara, fuera siendo mejores. Siempre poniendo el foco en que el que viene tiene derecho a conocer la tierra tal como yo la conozco.

Si bien es algo que se trabaja actualmente, para el 2060 va a haber una mayor conciencia ambiental. Me imagino que, para ese año, la naturaleza ha renacido de alguna forma, como cuando salen yuyos entre el cemento. Me imagino que los espacios arquitectónicos de la ciudad están pensados para un mejor aprovechamiento del espacio verde y para respetar el delimitado natural del terreno.

Junto con esto, me imagino que todos los restaurantes y supermercados trabajan con un sistema de reciclaje que permite consumir frutas y verduras frescas, eliminar los conservantes y aprovechas los residuos para reciclaje o para abonar la tierra. Ya que considero que, para el 2060, los humanos van a ser más conscientes sobre la forma de consumir sus alimentos y qué consumen.

Me imagino muchas agrupaciones alineándose para limpiar playas, océanos y ayudar a preservar especies en peligro de extinción. Para esto, se realizaría mucho trabajo en equipo, colaborando desde una donación hasta una acción puntual en el entorno que se encuentre cada uno. Es algo que ya se hace, pero me lo imagino en mayor grado. Esto estaría inculcado desde la educación a los más pequeños.

Lo que me inspiró a pensar esto fueron dos cosas: primero que nada, con el contexto actual de la Covid-19, tuvimos que encerrarnos en nuestras casas y el tránsito se paró. Enseguida salieron a flote aquellas cosas que no valorábamos tanto y nunca habíamos llegado a ver en su forma natural, como los canales de Venecia con el agua limpia y llena de peces. O animales salvajes deambulando libres por las calles.

Lo otro que me inspiró fue ver cómo mis padres pararon completamente su vida en la ciudad para pasar más de dos meses viviendo en la chacra trabajando en una huerta a la que le dedican parte de la mañana y tarde.

Siento que las personas siempre terminamos conectando con las raíces, con aquello pequeño pero que nos da ilusión porque es nuestro, algo tan sencillo como es el cuidar y ver crecer una planta.

Además, es relevante por una cuestión lógica de que cuidar nuestro planeta Tierra y disminuir nuestra huella de carbono hoy, en 2020, afecta al presente del 2060, cuanto más rápidas sean nuestras acciones, menor será el daño y mejor será el futuro.

Image source:  NASA Attribution-NonCommercial 2.0 Generic (CC BY-NC 2.0)

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